Que se aparte de la maldad todo el que invoca el nombre del Señor

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    La creación central de nuestro Dios fue el hombre; para quien, el Todopoderoso ha preparado un universo para su solaz y la tierra plena de hermosura para su disfrute, sencillamente se declara:

    Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó (Gn 1.27)

    Maravilla de maravillas, cuán poco reparamos en éste texto que nos indica el mayor honor y motivo de agradecimiento que el hombre debiera tener al saber su origen :”Imagen y semejanza” de quien a cuyo conjuro se creó todo lo que podemos observar y la multitud de cosas que aún no sospechamos que existen, pero que están ahí. Pero a pesar de ello, vemos con pena como la humanidad busca sus orígenes en formas inferiores, adorando a la creación antes que al Creador.

    He ahí el hombre salido de las misericordiosas manos del Señor, pleno de perfección y sabiduría, habiendo dotado a su creación de todos los elementos necesarios para que pueda obedecer el requerimiento divino:

    De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.(Gn 2.16-17)

    Mostrando así que había sido dotado del “libre albedrío” que le permite tomar acción en dirección a la obediencia, que marca el camino a la vida o la otra opción que es la desobedecer transgrediendo La Ley y encaminar sus pasos hacia la muerte. Queda claro que fue creado con todos los privilegios necesarios para observar una vida sujeta a la Verdad y la Vida:

    Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.(2 Ti 1.7)

    Instrumentos suficientes para que no seamos presas del enemigo cuya existencia es real, tenebrosa y amenazadora para nuestra existencia, el Creador nos recuerda:

    Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él Gn 4.7

    Ven? “Tú te enseñorearás”, es decir Si quieres, puedes evitar caer en terreno peligroso, depende única y exclusivamente de ti. Qué es lo que Dios espera de nosotros es que guardemos La Ley, cuya observancia representa la mayor expresión de la libertad que es la práctica del amor a Dios, el amor al prójimo y el amor hacia uno mismo.