Una de las cosas más bellas, si no la más bella, es tener el privilegio y bendición de llegar al entendimiento de cómo conocer e ir conociendo a Dios de manera segura y personal; segura, porque si amamos la Verdad, solo querremos encontrar la verdad, por más que hayamos abrazado algún tipo de conocimiento previo que aparentemente sea real, y que se haya hecho parte de nuestra fe, porque quien ama la Verdad no se enfrasca ni se empeña en permanecer con un pensamiento, sino que mas bien está dispuesto a hacer cambios porque lo primordial es lo que es, es decir llegar cada vez más y más a lo que es real, a menos que todo el material de datos que tenemos demuestre lo contrario, así el Espíritu de Dios se encargará de ello con las Escrituras, La Biblia que es la palaba de Dios, y es La Verdad (Sal.119:160; Jn.17:17). Y digo personal, porque acudimos a Dios en Su Palabra, las Sagradas Escrituras que es donde sabemos que Dios se comunica con nosotros para enseñarnos, explicarnos y mostrarnos la realidad de todo:
¿A quién se enseñará ciencia, o a quién se hará entender doctrina? ¿A los destetados? ¿a los arrancados de los pechos? Porque mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá; porque en lengua de tartamudos, y en extraña lengua hablará a este pueblo, a los cuales él dijo: Este es el reposo; dad reposo al cansado; y este es el refrigerio; mas no quisieron oír. La palabra, pues, de Jehová les será mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá; hasta que vayan y caigan de espaldas, y sean quebrantados, enlazados y presos.”
Isaías 28:9-13